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“IN MEMORIAM”. EXCMO. SR. PROFESOR DR. D. HUGO GALERA DAVIDSON

“IN MEMORIAM”. EXCMO. SR. PROFESOR DR. D. HUGO GALERA DAVIDSON

Nació en Santa Cruz de Tenerife en 1938. Finalizó los estudios de la Licenciatura en Medicina, comenzados en Granada, y obtuvo el Doctorado con premio extraordinario en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Escogió la especialidad de Anatomía Patológica y desarrolló su formación académica y profesional en la Fundación Jiménez Díaz y en el Instituto Cajal de Madrid, a los que antes de terminar la carrera había comenzado a asistir como becario, y ya como docente, en la Universidad de Salamanca.

Continuaría su formación en el London Hospital de Londres y, mediante una beca Fullbright, durante un par de años en el Instituto Mallory, de la Universidad de Boston, completándola con una estancia de tres meses en la Universidad de Heidelberg. Antes de salir para América había contraído matrimonio, en la Iglesia de la Concepción de Madrid, con María Rosa Ruiz, a la que había conocido en su época de estudiante, que sería Doctora en Medicina, que le ayudaría en las tareas de su especialidad, Presidenta ejecutiva de todas las empresas familiares, y la madre de sus cinco hijos.

Fue Profesor en la Universidad de La Laguna, ciudad en la que organizó e impulsó un naciente Hospital, y en Granada. A mediados de 1974 se hizo efectivo su traslado a Sevilla, donde desempeñaría la Cátedra de Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina de la Universidad hispalense, hasta su jubilación. Su llegada coincidió con la inauguración del Hospital Universitario, en el que desarrolló un departamento hospitalario y una cátedra universitaria de un nivel realmente elevado para aquellos tiempos.

Había sido Director de la Escuela Universitaria de Enfermería y, durante quince años, del Centro Regional Andaluz de Oncología. Tuvo una efectiva participación en ponencias, conferencias y Congresos; y en proyectos de investigación en Universidades españolas y americanas, sobre todo a partir de 1980, en los patrocinados por el Instituto Nacional de Salud (INH) americano, primero en la Universidad de Chicago, y luego en el Hospital de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia; y a partir de ese momento participó en cursos de prevención del cáncer que impartiría en distintos países del mundo; habiendo dirigido más de cien tesis doctorales y siendo autor de centenares de publicaciones. Era Profesor Honorario de algunas Universidades extranjeras y Académico Correspondiente de varias Reales Academias españolas; Presidente de la Sociedad Andaluza de Cancerología y de la Sociedad Española de Anatomía Patológica; y Fellow del Royal College of Pathologists (UK) (1995) y de la International Academy of Cytology (USA).

Fue Académico Numerario (1987) y Presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla (RAMSE) (2009-2014), a la que impulsó durante su presidencia, período en el que tuve ocasión de tratarle y de que me distinguiese con su amistad. Amistad que siguió, plena de afecto, en las diferentes ocasiones en que nos veíamos también en el Colegio de Médicos de Sevilla (RICOMS), del que  fue Colegiado de Honor el 18 de octubre de 2007, y del que fue Presidente del Comité de Expertos. El día 6 de junio de 2019 se le rindió un homenaje en la Real Academia de Medicina y Cirugía hispalense y fue nombrado Académico Honorario de la misma.

Tuve la inmensa suerte de conversar con él, al final de algunos de los actos y celebraciones académicas y colegiales a los que asistíamos. Disfrutando de sus amenas palabras, pausadas, con una especial cadencia, y llenas de fuerza, decisión, humanismo y conocimientos científicos, que provocaban admiración e incitaban a la reflexión,

El Profesor Galera era un trabajador incansable, de una vitalidad excepcional, que mantenía aún frente a la enfermedad. Mostraba una impresionante cultura humanística, a lo que añadía un cierto pragmatismo empresarial, tal vez por haber realizado unos cursos de Técnico Superior de Empresa. Además, según refería, hasta su jubilación había sido Cónsul de Filipinas en Sevilla.

Adquirió la antigua Cruz Roja de Triana, en 1988, el conocido como Hospital Infanta Luisa, que remodeló y modernizó, convirtiéndolo en un centro hospitalario con la mejor tecnología de Europa para el diagnóstico y tratamiento del cáncer, e incluso para poder atender cualquier especialidad médica, y del que más tarde se desprendió con su venta, persistiendo en la propiedad del Hospital de San Agustín de Dos Hermanas. En ese sentido empresarial, el año 2010 el prestigioso Instituto de San Telmo de Andalucía le concedería el “Premio a la Empresa Familiar del Año”, y más tarde, la revista Ejecutivo  distinguiría su tarea de empresario con el título “Proyecto del año 2011”, que recogería su esposa de manos del Excmo. Teniente Alcalde de Sevilla.

Había venido compartiendo su vida familiar, de la que mostraba legítimo orgullo, con su actividad profesional y sus afectos a la Virgen Esperanza de Triana y al Real Betis Balompié, según refería de reminiscencia paterna, así como su confesado entusiasmo por la navegación y también por la agricultura, poseyendo de una finca, situada a unos treinta kilómetros de Sevilla, dedicada a la aceituna de mesa y a la naranja, a la que puso el nombre de “Quijiliana”, igual nombre que el de un pequeño cortijo, propiedad de los Galera, que trató de conservar en el pago de Sorbas (Almería).

Por sus indiscutibles méritos había sido distinguido con el ingreso en la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, en la Categoría de Cruz (2016); y contaba también, entre otras distinciones, el Premio Nacional Santiago Ramón y Cajal (2009), la Medalla de Oro de la Ciudad de Sevilla (2012) y la Medalla al Mérito Aeronáutico (Distintivo Blanco, Primera Clase); así como la distinción de almeriense del año, con el Premio Bayyana 1981, además de haber presidido el Real Betis Balompié entre 1989 y 1992, y de haber sido miembro activo de la Real Asamblea Española de Capitanes de yate, y Presidente y Consejero delegado de varias empresas del ámbito sanitario.

Nos ha dejado una figura señera de la Medicina sevillana. Un gran clínico, docente, investigador, académico, conferenciante e incluso eficaz empresario. Un facultativo incansable, admirable profesional y humanista, buen amigo y excelente persona, cuyo recuerdo permanecerá imborrable. Y desde aquí vaya a toda su familia mi más sentido pésame, al que se unen el de los integrantes del Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla y el de la Sociedad Sevillana de Médicos Escritores y Artistas “Nicolás Monardes”, y que irá paralelo, con toda seguridad, a las muestras de intenso pesar de los integrantes de la Real Academia de Medicina y Cirugía hispalense, por tan sensible pérdida.

Dr. Epifanio Lupión Cruz

Director General de Historia del Real e Ilustre Colegio de Médicos de Sevilla y miembro de la Real  Academia  de Medicina y Cirugía y de la Sociedad Sevillana de  Médicos Escritores y Artistas  “Nicolás Monardes”

20 de noviembre de 2020


         

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